Hasta hace pocos meses los usuarios bancarios tenían que conformarse que la remuneración de sus imposiciones a plazo se desarrollase a su vencimiento. Todo esto ha cambiado con la nueva estrategia comercial de los bancos, que para contrarrestar la poca rentabilidad que ofrecen estos productos en la actualidad, se han inclinado por confeccionar depósitos, cuyos intereses pueden cobrarse todos los meses, sea cual fuese su plazo de permanencia.
Estos productos destinados al ahorro tienen plazos muy flexibles, desde los que solamente contemplan unos meses únicamente de permanencia, a otros más exigentes que se acercan hasta los 24 o 36 meses. Y en cualquier caso, bajo una pluralidad en cuanto a las aportaciones que hay que afrontar para formalizar el proceso de contratación. No obstante, su remuneración no será mejorada con respecto a los depósitos con pago a su vencimiento, en ninguno de los casos. Oscilando, con unos tipos de interés que van desde el 0,30% al 0,80%.
Son imposiciones muy asequibles a todos sus demandantes, que pueden suscribirse desde únicamente 600 euros, aunque en algunos modelos más exigentes, la aportación mínima puede dispararse hasta casi diez veces esta cifra. Y sin olvidarse, que admiten diferentes formatos en su contratación: online, para nuevos clientes, ofertas de bienvenida… Aunque en el caso de los vinculados a otros activos financieros (bolsa, materias primas o divisas), estarán exentos de esta forma de pago tan rápida.
Si quieres sacarle rentabilidad a tus ahorros actualmente tienes dos cuentas que dan una rentabilidad más que atractiva, funcionan como un depósito, sólo tienes que cumplir con sus requisitos de contratación, estas son la Cuenta Nómina Bankinter o que te da el 5% TAE de rentabilidad el primer año y la Cuenta 123 del Banco Santander que te da entre el 1 y el 3% TAE además de devolverte parte de los recibos domiciliados y de regalarte acciones de la entidad.