Los microcréditos son una via de financiación para las personas físicas que se caracterizan por ser rápido, se conceden prácticamente en el momento de la solicitud, y sirven para lograr financiación en situaciones puntuales de falta de liquidez.
Otra de las características de los microcréditos es que normalmente se conceden sin realizar mucho papeleo y no se exige a penas documentación para la tramitación del préstamo. Existen algunas empresas que conceden microcréditos aun cuando la persona solicitante del mismo se encuentra en las listas del ASNEF.
Inicialmente los microcréditos nacieron para financiar a las personas más necesitadas en los países más pobres del mundo, pero esta fórmula se ha extendido y ya se ha popularizado entre los países más desarrollados al tener unas características que mejoran en gran medida los préstamos convencionales ofrecidos por las entidades financieras en cuanto a su flexibilidad y a su rapidez a la hora de tramitarlos sin embargo a cambio tienen un coste de financiación más elevado.
¿Cómo funcionan los microcréditos?
Los microcréditos funcionan como cualquier otro préstamo salvo que en este tipo de financiación a penas el ofertante de dinero, la entidad que va a prestar el dinero, a penas pide datos y papeleos.
La entrega del dinero se suele hacer en apenas 24 horas, además de no exigir papeleos tampoco te exigen conocer el destino del dinero, tan sólo se suele exigir el DNI y la cuenta corriente donde hay que ingresar el dinero.
Pero obviamente no son todas ventajas, y debería de ser considerado como una de las últimas alternativas de financiación en el caso en el que nos hayan denegado el préstamo en una entidad financiera. Esto es así porque el coste de financiación de estos préstamos es mucho más elevado que en un préstamo convencional y las sanciones o comisiones por no pagar a tiempo son superiores también a los préstamos convencionales.
Además otro de los inconvenientes que tienen estos préstamos es que las entidades que conceden dichos préstamos no son entidades reguladas por el Banco de España ya que no son Bancos ni Entidades financieras. Así que, como en cualquier otro producto financiero, pero más si cabe en este producto que no esta bajo el paraguas del Banco de España, hay que leerse detenidamente todas las cláusulas del contrato y no firmar nada que no se entienda o que se considere abusivo.