En las últimas fechas, leemos y oímos hablar de la crisis económica, y que para salir de la crisis, España debe aumentar la competitividad, pero… ¿qué es la competitividad?
La competitividad es la capacidad que tiene una empresa, o un país, de tener ventajas competitivas. Es decir, es la capacidad para ofrecer productos con ventajas respecto a lo que ofrecen los demás. Estas ventajas se pueden lograr de dos maneras distintas:
- Producir los bienes con unos costes menores respecto a los producidos por los competidores.
- Tener un producto mejor, con más atributos o con mayor calidad, lo que permite que, a pesar de tener un precio igual o mayor, éste sea deseado por el comprador.
Tradicionalmente España ha optado por la primera de las maneras, es decir hemos buscado ofrecer productos con un precio menor a los que ofrecían el resto de los países. Este menor precio, España lo ha logrado tradicionalmente durante el siglo pasado gracias a la devaluación continua de la peseta.
La devaluación consiste en reducir el valor de la moneda nacional con respecto a otra moneda extranjera. Por ejemplo, si tenemos un tipo de cambio fijo de 100 pesetas/USD, devaluar la peseta consistiría en pasar a tener un tipo de cambio de 120 pesetas/USD, con lo cual automáticamente los productos en pesetas son un 20% más baratos para los que compran en USD. Bueno, pues esta medida, España la adoptó hasta en seis ocasiones desde 1977 hasta 1995. Esta medida ha permitido poder vender los productos españoles en el extranjero, ya que tenían un precio menor gracias al empobrecimiento de la peseta.
El problema está en que esta medida ya no es posible. España pasó a formar parte de la Unión Europea, y nuestra moneda es el euro, y ya no podemos devaluar la moneda nacional. Así que ahora hay que buscar otras alternativas distintas para que nuestros productos tengan costes menores. Teniendo en cuenta que aproximadamente el 60% del coste de los productos corresponde a los salarios, la medida que más se comenta entre los economistas para incrementar la competitividad, es la reducción de los mismos. Pero parece que es una medida difícil de adoptar, por los conflictos sociales que pudieran ocasionar, y porque desencadenaría en una caída del consumo, incluso superior a la que estamos sufriendo actualmente. Quizás parecería más razonable vincular en parte los salarios a la productividad, es decir cuantos más bienes se logren producir por empleado, más salario se cobrará, de esta manera también se lograría aumentar la competitividad.
Con las medidas de reducción del coste salarial ,España se seguiría focalizando en ofrecer ventajas competitiva sía costes. También existe la alternativa de ofrecer productos mejores respecto a los de la competencia, para ello seria necesario invertir mucho más de lo que hacemos actualmente en I+D. De esto se habla menos, quizás porque el resultado no sea tan a corto plazo, pero seguramente hay que ir pensando más en el medio plazo y en el largo plazo que en medidas tan cortoplacistas.