Los depósitos son un producto bancario muy seguro que están destinados a los clientes más defensivos que prefieren la tranquilidad de sus diseños, por encima de los riesgos que conllevan otros productos, especialmente los derivados de la renta variable. Pero ante el escenario hipotético de la quiebra de un banco, ¿podrán garantizarnos las aportaciones realizadas?
Pues en efecto, los ahorros aportados a cualquier depósito están garantizados a través del Fondo de Garantía de Depósito (FGD), que cubre hasta 100.000 euros por titular y en cada entidad. Como consecuencia de ello, los ahorradores que hayan realizado una aportación hasta esta cantidad no tendrán que temer por sus ahorros, en caso de que su banco quiebre o tenga serios problemas de financiamiento, siempre que no sobrepasen los límites habilitados para su protección.
El problema será, por el contrario, para los particulares que hayan depositados en estos productos importes superiores al límite impuesto por el fondo de garantía, y en cuyo caso tendrían serios problemas para recuperar sus ahorros, a partir esa cantidad. Es una diferencia sustancial con respecto a los pagarés bancarios, que siendo un producto muy parecido a los depósitos a plazo, en cambio no está cubierto con estas garantías oficiales. Y el riesgo, por otra parte, será sustancialmente mayor, incluso con la posibilidad de perderlo todo.
En cuanto a depósitos bancarios destacamos el Depósito Naranja de Ing Direct, el plazo es corto, 3 meses, pero su rentabilidad es buena, 1,90% TAE. También recomendar dos cuentas remuneradas que ofrecen las rentabilidades más altas del mercado eso sí, requieren vinculación con la entidad, son la Cuenta Nómina Bankinter con el 5% TAE el primer año y la Cuenta 123 del Banco Santander con el 3% TAE.